No esperes fidelidad de un
político hoy en día. Parecería contra natura.
Son, sencillamente, chicos/as
fáciles. Tan poco práctico mantener la palabra dada…
En el fondo no es culpa suya;
alguien ‒bastante descerebrado, probablemente durante una larga noche de
insomnio, tras haber mezclado alcohol con anfetaminas‒ los ha dibujado así. Su
impudicia no conoce límites cuando se trata de ostentar su incontinencia
verbal: siempre dispuestos a mentir obscenamente con tal de alcanzar sus fines,
de calmar sus insaciables apetitos. No pararán hasta llevarte al huerto y
después, cuando te hayan dejado en pelotas, o con mucha suerte en bragas, una
vez hayan obtenido de ti lo que deseaban, se comerán sus promesas de amor
eterno sin empacho alguno. Así, a palo seco. Se lanzarán en otros brazos y
retozarán sin recato ni remordimiento ante tus propios ojos. Tendrán la
desfachatez de negar la evidencia que atónito presencias: "cariño, esto no
es lo que parece".
En realidad no sé de qué se escandalizan algunos:
siempre se dijo que la política crea extraños compañeros de cama. Y para ser
sinceros, si lo pensáis bien, tan extraños tan extraños no son. Aunque, puestos
a contemplar guarradas, yo prefiero las protagonizadas por los adorables
amiguitos de arriba.Henri de Toulouse-Lautrec, Salón de la Rue des Moulins |
Phil Collins, Easy Lover