.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

PROMETER HASTA METER... LA PAPELETA EN LA URNA




No esperes fidelidad de un político hoy en día. Parecería contra natura.
Son, sencillamente, chicos/as fáciles. Tan poco práctico mantener la palabra dada…
En el fondo no es culpa suya; alguien ‒bastante descerebrado, probablemente durante una larga noche de insomnio, tras haber mezclado alcohol con anfetaminas‒ los ha dibujado así. Su impudicia no conoce límites cuando se trata de ostentar su incontinencia verbal: siempre dispuestos a mentir obscenamente con tal de alcanzar sus fines, de calmar sus insaciables apetitos. No pararán hasta llevarte al huerto y después, cuando te hayan dejado en pelotas, o con mucha suerte en bragas, una vez hayan obtenido de ti lo que deseaban, se comerán sus promesas de amor eterno sin empacho alguno. Así, a palo seco. Se lanzarán en otros brazos y retozarán sin recato ni remordimiento ante tus propios ojos. Tendrán la desfachatez de negar la evidencia que atónito presencias: "cariño, esto no es lo que parece". 
En realidad no sé de qué se escandalizan algunos: siempre se dijo que la política crea extraños compañeros de cama. Y para ser sinceros, si lo pensáis bien, tan extraños tan extraños no son. Aunque, puestos a contemplar guarradas, yo prefiero las protagonizadas por los adorables amiguitos de arriba.


Henri de Toulouse-Lautrec, Salón de la Rue des Moulins
Henri de Toulouse-Lautrec, Salón de la Rue des Moulins



Phil Collins, Easy Lover

Los verdaderos protagonistas estan aquí