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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

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El Madrid de Martínez-Almeida también está contra la "basuraleza"

Concentración vecinal contra el cantón de limpieza en Sangenjo 35 (Madrid)
 

Pues, sí, esto es lo que entienden determinados gestores —que confunden cargo público con feudo privado— por mantener limpia la ciudad. Concretamente, mediante los nuevos cantones de limpieza previstos en zonas urbanas, como el que tienen intención de construir en calle Sangenjo 35, que se encontrará bajo las terrazas de dos bloques de vecinos, literalmente debajo —las vistas y el aroma cuando salgan a fumarse un piti van a ser impagables—, con un pequeño pinar detrás —que, sospecho, a la larga arrasarán o cuanto menos degradarán— y no sólo en mitad de casco urbano, sino en plena zona residencial: con una biblioteca pública —y una parada de autobús, cabecera de línea para mayores señas. Tela el gustito que va a dar esperar el transporte público allí... — en frente, y un colegio, mejor dicho, dos, a cortísima distancia. Eso por no hablar de los bares concentrados en la pequeña plaza que hay justamente donde está ubicada la central térmica San Enrique, a las mismísimas espaldas de este proyecto prodigioso…

Brillante plan que contribuirá al desarrollo del barrio y al bienestar de los vecinos. ¿Pues no decía determinada gente que lo que quieren es ayudar a los pequeños empresarios y emprendedores? Sospecho que esos emprendedores están contentísimos en el barrio.

Esta es la concentración del sábado pasado. Y no será la única. Ni la única medida a tomar en contra de este despropósito.

Uno ha de hacerse oír en las calles, efectivamente. Y la principal herramienta del ciudadano consiste, también, en hacerse oír en las urnas. Entre urna y urna, por supuesto, la única opción no es bajar la cerviz y acatar cualquier orden, razonable o no, que parta del poder. Porque ciertas instituciones, mejor dicho, ciertos individuos —para citar a Serrat, los que se manejan bien con todo el mundo— que, más que representarlas, las ocupan y parasitan, no han entendido que éste, el poder, emana directamente del pueblo, del ciudadano, del cual son o deberían ser escrupuloso representantes. De paso, sensatos gestores a su servicio… Ahí es na.

Los toros no son lo mío, salvo pastando en el campo. No obstante, creo que viene al caso: Manolete, Manolete… Si uno no sabe ni gobernar rectamente según la razón y la moral, ni gestionar de forma cabal, conviene que se dedique a otros menesteres o se quede en su casa. Pero para eso, por supuesto, hay que invitar con educación a desalojar ordenadamente.

Ay, por favor, qué buen vasallo si tuviese buen señor.



VIII Encuentro de Blogueros de Extremadura





Con el patrocinio de la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura, se celebrará de nuevo en breve, el próximo 24 de noviembre en el Convento de la Coria (Fundación Xavier de Salas), en Trujillo, el tradicional Encuentro de Blogueros de Extremadura, durante el cual se presentará también el libro colectivo Extremadura, Naturaleza Urbana, en el que he tenido el privilegio de participar un año más con una de mis aportaciones.

Toda la gratitud para los organizadores, muy especialmente a los compañeros José Manuel López Caballero y Atanasio Fernández, sin cuyos esfuerzos nada de esto sería posible.



Programa:


10:00               PRESENTACIÓN DEL ENCUENTRO
                        José Manuel López Caballero (FXS)

10:15               AVES URBANAS… DESDE EL PALEOLÍTICO Y ¿HASTA CUÁNDO?

                        Juan José Negro (EBD. CSIC)

11:00              CAFÉ Y MIGAS

11:45               PROYECTO LIFE-ZEPAURBAN
                        María Jesús García-Baquero (DGMA)

12:15                 NATURALEZA Y PATRIMONIO CULTURAL: DOS CARAS DE LA MISMA RIQUEZA
                        Rubén Núñez (Cáceres al detalle)    

12:40               PRESENTACIÓN DEL LIBRO: EXTREMADURA, NATURALEZA URBANA
                        Atanasio Fernández García

13:30               EVOLUCIÓN
                        Mario Cea (Fotografía)

14:30               COMIDA
  


Más información sobre este proyecto y sus publicaciones en: https://extremadurablogs.blogspot.com/


CORAZÓN DE HIERRO



Salomé Guadalupe Ingelmo V Certamen de Relato Histórico "Domingo Henares"
Salomé Guadalupe Ingelmo, V Certamen de Relato Histórico "Domingo Henares"



Discurso íntegro entrega de premios del V Certamen de Relato Histórico "Domingo Henares", Ayuntamiento de Puente de Génave (Jaén)

            Para empezar, mi gratitud a los miembros del jurado, que me han permitido estar aquí hoy, y al resto de asistentes, que me ofrecen la enorme satisfacción de compartir mis impresiones sobre la obra premiada. Es esto lo que creo que esperarán ustedes de mí, al menos es eso lo más preciado que un escritor puede dar, lo más íntimo: su visión personal de la propia obra; los objetivos con los que voluntariamente la escribió o su interpretación una vez que, ya acabada, se acerca a ella como lector. Como lector que conoce mejor que nadie al autor, y que por tanto posee claves de interpretación de las que nadie más dispone, incluso capaces de descifrar mensajes que el autor no ha ofrecido conscientemente. Porque en ocasiones nuestros textos revelan de nosotros mismos mucho más de lo que conscientemente desearíamos revelar. Ese análisis personal del padre o madre de la criatura, obviamente, no siempre coincidirá con las múltiples y a veces incluso contradictorias interpretaciones dadas por críticos y lectores en general. Todas ellas, he creído siempre, enriquecedoras para el autor y la obra misma. Así que lo que esta noche he venido a contarles es, por así decirlo, mi verdad: un examen lo más sincero y sucinto posible del relato premiado.
Corazón de hierro se revela, ante todo, una narración muy actual. Una narración muy actual ambientada a principios del siglo V a.C. Y uno podría preguntarse ¿cómo es posible?
Bien, yo siempre he sostenido que la Historia es un círculo ‒a menudo vicioso‒. Un círculo, paradójicamente, imperfecto. Y es que se diría que al hombre le cuesta mucho aprender de sus propios errores: que no progresamos en tanto especie tan rápidamente como nos gusta creer; que a veces entramos incluso en periodos de terca involución. Porque retroceder es siempre fácil; lo realmente difícil es avanzar.
Partiendo de una pieza que a ustedes no les resultará desconocida, El Sacrificador de Bujalamé (aparecido en el término municipal de La Puerta de Segura), Corazón de hierro teje una historia que trata sobre la conciencia y el poder. Sobre la conciencia en el poder. Sobre las dudas de quien debe ostentarlo y sobre el uso responsable del liderazgo. Porque, en efecto, los líderes de las pequeñas comunidades protohistóricas, incluso cuando el poder era hereditario,  respaldaban y justificaban su presencia en el trono mediante la autoridad moral emanada de sus actos, de sus actos justos, y de sus decisiones, de unas decisiones provechosas para su pueblo. De alguna forma, estos jefes estaban permanentemente a prueba: habían de demostrar que eran sacerdotes observantes y bravos guerreros.
Corazón de hierro es un relato sobre la responsabilidad; sobre el enorme peso de una responsabilidad que no sabemos sí estamos preparados para aceptar, si seremos dignos de desempeñar. Es un relato, por ello, también sobre la honestidad y el honor, sobre el respeto debido a quienes nos precedieron, hacia lo que construyeron, hacia su memoria. Hacia la memoria de los muertos, que clama sacrificio y consideración. Un sacrificio real, pues nuestra estatuilla representa probablemente un guerrero-sacerdote (el héroe fundador de la estirpe real, héroe ya divinizado y protector de la casa real y de la comunidad) en el acto de sacrificar un carnero; pero también representa sacrificio en un sentido alegórico: incluso mucho más íntimo y trascendente; el sacrificio de olvidarse del singular para pensar en el colectivo, de poner la propia vida al servicio de los demás como corresponde a un verdadero líder.
La historia se desarrolla en dos momentos cronológicos que se cruzan y entrelazan, el de una joven estudiante que se prenda de la pieza durante su estancia como becaria en el Museo Arqueológico Nacional y el de un jefe local de principios del siglo V a. C., que, muerto su padre, un rey ejemplar y recto, y heredado el cetro del que El Sacrificador forma parte (engastado sobre un bastón de mando), ha de enfrentarse a sus propios miedos y vencer su inseguridad para poder convertirse en un digno guía para su pueblo. A la disciplinada búsqueda de la superación alude precisamente el título del relato: “Corazón de hierro”. Porque cuando el atribulado protagonistas rebusca en su interior, acaba encontrando la fuerza y la sabiduría. El título no deja de proponer también un juego de palabras que evoca el periodo histórico en el que se circunscribe la historia, la Edad de Hierro. Mientras que la figurilla en concreto, como saben ustedes bien, fue realizada en bronce por el procedimiento de la cera perdida por un fundidor que en el relato se presume jonio, un jonio emigrado a raíz de la presión persa sobre las comunidades griegas.
No pasará inadvertido que, al margen de esta lectura social y política, el argumento refleja otro conflicto vital que no afecta únicamente a los pocos llamados a dirigir un pueblo, sino a todos los seres humanos. En un plano más personal, el relato alude a esa difícil encrucijada vital en la que nos encontramos cuando llega el momento de aceptar la pérdida de nuestros progenitores. Y también, especialmente, a las dudas que a menudo nos hostigan sobre si nosotros mismos estaremos a la altura de su memoria, si con nuestros actos realmente nos demostramos dignos vástagos. Si no echaremos por tierra su legado ni los deshonraremos.
La historia se desarrolla en dos momentos cronológicos que se entrecruzan porque, como decía antes, no se entiende nuestro presente sin nuestro pasado, y ambos no están totalmente desligados. Además el ser humano, no obstante esa apabullante tecnología que alimenta su soberbia, no deja de seguir siendo, privado de todos esos aderezos tras los que a menudo se esconde, un mono desnudo, para citar a Desmond Morris. En buena medida y salvando las distancias cronológicas, las diversas creencias religiosas, las diferencias culturales y sociopolíticas de nuestros escenarios, no deja de ser cierto que el hombre sigue y seguirá atesorando, básicamente, las mismas esperanzas, deseos, inquietudes, temores y sueños. Por eso la empatía con personajes colocados en un marco remoto en el espacio o el tiempo resulta posible; porque no dejan de ser, de un modo u otro, nuestros hermanos. Y el escritor, especialmente el escritor sincero, además, naturalmente, presta toda su personal gama de sentimientos y experiencias propias, las buenas y las malas, las felices y las dolorosas, a sus criaturas. Con el fin, no ya de ganarse al lector, sino de hacer a sus hijos más humanos. También, conscientemente o no, en la esperanza de que algo de sí mismo quede; de que una parte, a ser posible una parte útil para sus congéneres, le sobreviva y siga dando frutos y auxiliando, divirtiendo o haciendo reflexionar cuando él ya no esté. Con el fin último de ser útil a los demás, porque ese creo que se revela, realmente, el verdadero objetivo que mueve al escritor, seguramente al artista en general independientemente de cuál sea su disciplina.
Como en buena parte de mi obra, desde el punto de vista formal, se advertirá un cierto regusto cinematográfico en el relato premiado. Una tendencia a manejar tiempos que parecen más propios de esa disciplina. A desarrollar narraciones dinámicas donde el elemento visual cobra gran importancia; donde, a través de recursos como la descripción minuciosa, se estimula la imaginación del lector para que este configure en su mente un escenario bien preciso. También, una propensión a sugerir la continuidad argumental de planos que en realidad se sitúan en momentos cronológicos distintos y están ocupados por personajes que no son los mismos. Esta propuesta de saltos en el tiempo y el espacio sin solución de continuidad, sugiriendo una continuidad ficticia entre planos, diría que mucho se parece a una secuencia del séptimo arte. En efecto no puedo negar mi amor por el cine, que seguramente ha dejado su huella también en parte de mi producción literaria.
Quienes han tenido oportunidad de leer el relato constatarán que esta singularidad se relaciona estrechamente con mi notoria afición a jugar al despiste con el lector todo el tiempo que su perspicacia lo permita. Se convierte en una suerte de desafío de ingenio en el que autor y lector se retan. Algo perfectamente lícito siempre que ambos contrincantes sean leales. En mi descargo puedo sólo argumentar que, creo, en el fondo de cada escritor subyace siempre un alma juguetona, incluso cuando esta se ve sometida a tormento. Pensemos, por ejemplo, en el infortunado Poe, que no perdía su ironía ni siquiera al realizar descripciones truculentas o al vivir en primera persona los peores dramas.
Tratándose de un relato de género histórico, si bien se ha procurado dotar de emoción e interés narrativo a la obra, se he respetado rigurosamente la veracidad de las fuentes, en este caso arqueológicas. Lógicamente se ha efectuado un sólido trabajo previo de documentación sobre la reconstrucción de la religión, los ritos funerarios y el culto a los ancestros de estas gentes, partiendo de los trabajos de reputados profesionales especializados en la Protohistoria de la Península Ibérica como Almagro Gorbea o el recientemente desaparecido José María Blázquez. Las alusiones a los mitos y ritos de estas gentes serán, por tanto, constantes. Incluso durante el sueño oracular y catártico de su protagonista, un episodio que podría parecer una mera invención libre, pero que en realidad propone, en clave simbólica, lecturas profundas relacionadas con las creencias religiosas de ultratumba que algunas fuentes artísticas de estos pueblos revelan.
Para ir finalizando, aunque el hecho tenga sólo valor anecdótico, les confesaré que tras haber escrito la obra, tras horas de mirar los mínimos detalles de El Sacrificador en fotografías ampliadas, tras tanta investigación y reflexión sobre esa estatuilla, tras haber recreado una historia humana con la que dotarla como bagaje, visité el Museo Arqueológico Nacional con la intención de constatar si advertía sensaciones especiales hacia esa pieza. Una estatuilla tan chiquitita perdida en una inmensidad de objetos de toda índole, algunos realmente espectaculares y muy conocidos. Una pieza que, a pesar de su delicada factura y la soberbia capacidad de esquematización que demostró su autor, si uno no conoce y busca detenidamente, pasa desapercibida por su escaso tamaño (poco más 15 cm). Y, ahora, efectivamente puedo decir que, ante ella, sentí algo distinto: ya nunca volveré a mirarla con los mismos ojos
Como hemos visto, en Corazón de hierro cobra un papel protagonista la comunidad, la cohesión y el bienestar de la comunidad, que en buena medida se ve determinado por un gobierno responsable de sus líderes, que han de demostrarse modelo de rectitud, defensores del colectivo; cuyo objetivo primordial ha de ser la seguridad y felicidad de sus gentes, incluso en perjuicio de sus propios intereses personales. En ese sentido no resulta fortuito tampoco el seudónimo escogido para presentar la obra: Teutates. Teutates, dios celta que encarna la unidad tribal y para cuyo nombre a menudo se propone la traducción “padre de la tribu”; considerado ancestro y primer legislador, protector de sus pueblos, para los que se convirtió en patrón de la guerra pero también de la prosperidad.
Y así volvemos de nuevo, para cerrar un círculo que por fuerza resultará imperfecto como el de la propia Historia, a nuestro punto de partida: la conclusión con la que abría esta breve presentación, es decir que Corazón de hierro, aunque se ambiente a principios del siglo V a.C., se revela un relato muy actual. Un relato que debería hacernos reflexionar sobre lo que tenemos y sobre lo que queremos. Una reflexión en la que cada lector llegará a sus propias y personales conclusiones. Si al final del camino he conseguido esto, incitar a mis semejantes a interrogarse, mi deber como escritora, que es también un compromiso, estará cumplido. 

                                                                                (Discurso pronunciado durante la entrega del V Premio de Relato Histórico "Domingo Henares" -Ayuntamiento de Puente de Génave (Jaén)- por la autora)

Salome Guadalupe, Sacrificador de Bujalame, Puente de Génave, Jaén, Faustino Idáñez
Sacrificador de Bujalamé


  Fragmentos del discurso






 

PUNTOS DE ENCUENTRO




Aquí va, con un poco de retraso pero también con mucho amor, mi participación en la publicación Turismo cultural y patrimonio natural en Extremadura. Extremadura en la red: blogs y fotografía de naturaleza, coordinada por nuestros compañeros José Manuel López Caballero y Atanasio Fernández y editada gracias a la Dirección General de Turismo de la Junta de Extremadura y a la Fundación Xavier de Salas.

Ha sido un privilegio verse rodeada de autores tan especiales. Gracias a todos vosotros por vuestro esfuerzo y entusiasmo. La nuestra es una tierra hospitalaria, siempre dispuesta a acoger al peregrino, y creo que así la hemos pintado.





GRANADILLA
VESTIGIOS DE UN NAUFRAGIO

Salomé Guadalupe Ingelmo


                                        Granadilla: A un mar interior
                                        En las casas abandonadas,
                                        o restauradas,
                                        se adivinan murmullos sin cuerpo,
                                        sonidos amortiguados,
                                        como ahogados por el líquido elemento.
                                        Dicen, de quienes reconstruyen el pueblo.
                                        Pero yo intuyo, sé,
                                        que llegan de otro tiempo.
                                                           (S. G. I., Hervás, 11 de agosto de 2011)


La muralla que separa ambos mundos, pasado y presente, domina sus ruinas: laberinto de callejuelas donde perderse. Pareciera víctima de una sigilosa guerra que todo lo hubiera arrasado sin consideración. Y sin embargo no está vencida; un pueblo se levanta de sus cenizas por voluntad, con trabajo y esfuerzo. Por orgullo y dignidad, se levanta. Quizá agonice, pero nunca muere a manos de otros. O se suicida o anda. Y ella no se ha rendido del todo. Ni a pesar de todo. El hombre es animal que carece de memoria. Por eso continúa allí, en pie. Tozuda, reacia a alimentar el hambre insaciable del olvido: museo vivo, martillo contra el yugo que oprime.
Hace décadas que la quimera del mar le lame los pies. A veces se engalana, cubre sus muros de
conchas… Pero aún se resiste pudorosa a un idilio que intuye insidioso. Ella no olvida: ansía lo que ya no puede tener, la tersa llanura que yace medio ahogada a sus plantas, sobre un fondo en calma donde no habita el sonido. Ansía una piel erizada de tercas encinas y alcornoques, como una barba incipiente: áspera pero familiar. Ya no volverá. No importa cuánto pueda esperar, no secará el pertinaz sol los fluidos derramados. Sólo permanecen los lánguidos eucaliptos, extranjeros nostálgicos de desconocidos continentes a la deriva. En junio, los pétalos ajados de las jaras nievan el duro suelo. Vuela por el aire el canto de un cisne, el último.
Visto por ojos profanos, diríase un paisaje lunar, yermo. Pero los mulos rumian al amor de sus muros, y los lechones juguetean ociosos en el barro. El gamo de mirada tierna observa asombrado la vida que se acelera más allá de las murallas: parecieran cárcel y quizá simplemente sean refugio. Imprevisibles, brotan pequeños vergeles del suelo calcinado: los huertos donan frescor y los frutales, sombra bajo la cual posar unas palabras. En sus recovecos se detiene el tiempo. Los asientos son de piedra: no hay urgencia para el caminante.
Granadilla, fundada en 1170 por Fernando II, desde 1980 declarada Conjunto Histórico-Artístico, fue desalojada en los años cincuenta tras ser declarada zona inundable por la construcción del embalse Gabriel y Galán. Las familias campesinas, despojadas de sus tierras, hubieron de abandonar el pueblo, que se convirtió en un fantasma. Sus olivos soñaban bajo el agua el pronto regreso. Pero las vidas de los últimos resistentes naufragaban en una isla cada día más pequeña: el mundo exterior parecía ajeno a la tragedia.
Desde 1984 Granadilla forma parte del programa “Recuperación y utilización educativa de pueblos abandonados”. Jóvenes estudiantes lo rehabilitan: lo animan otra vez voces nuevas. No obstante en el Día de Difuntos los antiguos habitantes, los vivos y quizá los muertos, regresan a su tierra.

Texto y fotografías: Salomé Guadalupe Ingelmo 
Paisaje: Azules de Granadilla, por Alejandro Cabeza


Salomé Guadalupe Ingelmo, “Granadilla. Vestigios de un naufragio”, en José Manuel López Caballero y Atanasio Fernández y (Coord.), Turismo cultural y patrimonio natural en Extremadura. Extremadura en la red: blogs y fotografía de naturaleza, Dirección General de Turismo Junta de Extremadura – Fundación Xavier de Salas, 2014, pp. 114-118.


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Azules de Granadilla, por Alejandro Cabeza







Gortoz a ran, Denez Prigent & Lisa Gerrard





ALEJANDRO CABEZA: “La pintura es memoria humana y fruto”


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La pintura es memoria humana y fruto” Entrevista a Alejandro Cabeza, Colección Contemporáneos del Mundo 29, Serie Indagación sobre la memoria y el juicio, Madrid/México D. F., 2013.  







Sobre “La pintura es memoria humana y fruto”: la escritora Salomé Guadalupe Ingelmo profundiza en algunos aspectos de la entrevista así como en la personalidad del artista

            “La pintura es memoria humana y fruto” se revela una entrevista sobrecogedoramente sincera. Un testimonio que combina magistralmente aspectos conceptuales y vivenciales: contenidos técnicos, dirigidos fundamentalmente a los especialistas en la materia, y otros entrañablemente humanos, anecdóticos y aptos para ser disfrutados por todo género de lectores.

El pintor Alejandro Cabeza es un profesional poco dispuesto a renunciar a sus convicciones, un artista que no se ha dejado seducir por las modas ni las exigencias del momento. Que se ha negado sistemáticamente a adoptar una visión comercial del arte. Su técnica se ha mantenido personal y ha evolucionado al margen de las corrientes imperantes; de esas normas impuestas que, como dice él, valen hoy pero ya no valen mañana. Cabeza huye manifiestamente de esquemas, y más si éstos son arbitrariamente impuestos. Porque, según sus propias palabras, cada cuadro debería tener el derecho de ser una obra original y singular”.


            Y lo cierto es que, a pesar de poseer un carácter artístico tan marcado, Cabeza desconfía de los estilos. Como si temiera anquilosarse con una mera repetición de esquemas en los que refugiarse para sentirse cómodo: Lo que actualmente a menudo se denomina el estilo de un pintor no deja de ser, en realidad, un cúmulo de sus defectos y carencias. La evolución constante, en la que influye la emoción y el sentimiento, lo inesperado, es lo que en realidad caracteriza al estilo. Y no un sistema reiterado y convertido en un estereotipo. Muchas veces confundimos voluntariamente estilo con ismo para justificarnos. […] Malo es cuando el artista se ampara en la originalidad para justificar lo que en realidad son carencias en la profesión –cuántas veces he escuchado decir a un mal pintor “este es mi estilo” si un colega, con su mejor intención, le hacía notar que quizá su trabajo podría mejorarse–; cuando la novedad prima sobre la calidad y acaba suplantándola. […] Aun a riesgo de discrepar de la mayoría, para mí la originalidad no sirve de nada si no está respaldada por una sólida formación. La originalidad es, sí, un valor añadido para una obra de arte. Un valor cuya presencia yo mismo aprecio mucho cuando el cuadro cuenta también con todos los demás requisitos que hacen de una obra una buena o una excelente obra. La profesionalidad de un pintor no puede estar avalada por apreciaciones puramente subjetivas y aisladas. Y volvemos de nuevo a esa pueril justificación que mencionábamos antes: “es que éste es mi estilo”. Pues si tu estilo presenta serias deficiencias de formación, es que tu estilo es un mal estilo. Eso no es originalidad sino otra cosa. Pero actualmente a menudo se confunden los términos. […] No existe libertad sin formación previa. […] La formación siempre está presente o habría de estarlo; nos acompaña en todo momento. No se deja de asimilar y de aprender. El intercambio de opiniones nos enriquece. La observación nos enseña. La experiencia nos hace más sabios. El oficio nos da más seguridad. Todas estas cualidades, y la capacidad de estudio e investigación personal, nos ilustran como individuos profesionales de una disciplina. Pero luego hemos de concedernos ese margen de libertad y creatividad que los pintores siempre intentamos salvaguardar. Se pasa por innumerables etapas; no acaban nunca a no ser que uno se hunda en el conformismo más radical, cosa muy frecuente en los tiempos actuales […]”.

Para Alejandro Cabeza imponerse retos parece una forma de evitar encasillarse, de huir del conformismo que tanto le asusta. Quizá por eso, a pesar de ser especialmente conocido por sus elegantes retratos, ha tocado todos los géneros y argumentos, siendo muy apreciados también sus paisajes y sus marinas. Por eso y porque, según él, el conocimiento de los géneros es importante; la práctica y estudio de cada uno de ellos, de todos. Unos géneros enseñan lo que otros no pueden. Cada uno tiene sus propias virtudes, y de esta forma se complementan. Así, mediante el aprendizaje en todos ellos, un creador se perfecciona y ahonda en el estudio pictórico. Un pintor es más valioso, más completo, cuanto más consigue abarcar. La excesiva especialización, la anulación sistemática de determinados géneros, nos carga de carencias; nos hace menos ricos en recursos. Y entonces nos convertimos en autores pobres […]”.

CONTRA LA BARBARIE, LIBROS

Miguel de Unamuno por Gutierrez Solana


A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Miguel de Unamuno

Contra la barbarie, libros.

Qué inquietud producen esos nostálgicos que alzan la pezuña al grito de “muera la intelectualidad”. Es curioso como hay modos, aún, que recuerdan al prócer Millán-Astray, ese pedazo de hombre ‒o ese hombre a pedazos. Entre los cuales el que más destacaba no era, obviamente, su cerebro. No hay cosa peor que ser un inválido mental‒. Qué necesitado está este país de otro Unamuno… Para que las nuevas hordas no osen profanar los sagrados recintos.

No soy catalana y de serlo, no me sentiría particularmente nacionalista. Como no me siento particularmente nacionalista habiendo nacido madrileña de raíces extremeñas. No soy catalana, pero no me turban ni incomodan los catalanes. Ni siquiera los nacionalistas. Ni siquiera, los independentistas. No soy catalana, pero quizá recordando el poema de Niemöller, advierto el peligro[1]. No soy catalana, pero me horroriza la estupidez, la intolerancia y la patanería. Eso por no hablar del racismo o la xenofobia. De paso, cualquier tipo de discriminación

La librería Blanquerna se encuentra, como aquellos que conozcáis Madrid sabréis, al lado del Círculo de Bellas Artes y muy cerca de varias librerías bastante conocidas a las que no haré publicidad, en la calle Alcalá, una zona con una cierta vida cultural que os invito a disfrutar.

Contra la barbarie, libros. Contra las piedras y los palos, libros. Siempre, libros.

¡Viva la vida!

Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Esos Locos Bajitos  


[1] Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
guardé silencio,
porque yo no era comunista,

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata,

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,

Cuando vinieron a llevarse a los judíos,
no protesté,
porque yo no era judío,

Cuando vinieron a buscarme,
no había nadie más que pudiera protestar.
       (Martin Niemöller, Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas)

ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO

Escritora española, ensayista española, crítica literaria, escritores de terror, escritores de ciencia ficción, escritores de literatura infantil, escritores de microrrelatos,  Salomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel Ganivet
Tentación (retrato de Salomé Guadalupe) por Alejandro Cabeza



CONSEJOS A UNA BELLA DURMIENTE
Te ofrezco el fruto madurado con dolor,
a base de golpes engordado.
A pesar de todo,
es dulce y no amargo.
Come de él sin temor;
no es elixir de muerte sino de vida.
No te marchites esperando un beso liberador.
Que te encuentre consciente,
despierta,
si ha de llegar el príncipe 
algún día.
                                                                                        (S. G. I, Madrid, 1 de agosto, 2013)



ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO

Sobre el escenario, un ambiente angosto, un pequeño cuarto abierto hacia el público en  cuyas paredes, forradas desde hace demasiado tiempo con un sombrío papel gris, se  advierten desgarrones y ampollas provocadas por las humedades. También, cercos de  salitre  con forma vagamente humana: fantasmagóricas apariciones de aciagos rostros. En  el fondo del escenario, en sentido transversal, unas barras atraviesan, a la altura de la cabeza, el reducido espacio. De ellas cuelgan algunos trajes de chaqueta austeros, de corte siempre estricto, en tejidos tupidos y pesados. Invariablemente, oscuros. Con falda recta y larga por debajo de la rodilla, como parecería corresponder a una mujer de mucha más edad. Trajes, en definitiva, sin ningún atractivo. Escondido entre ellos y  olvidado  por todos, desambientado y excluido, marginado y melancólico en un ángulo apartado, se marchita por momentos un único vestido juvenil con flores otrora multicolores  que parecen agonizar en ese hábitat cerrado y hostil. Un vestido primaveral de gasa, escotado y cortísimo, como los vaporosos vestidos estampados que solía llevar antes de conocerle.
Detalle a detalle el público va comprendiendo que la protagonista se encuentra recluida dentro de un armario ropero, una suerte de zulo sórdido y triste del que ella no tiene la llave...


PARA LEER LA TOTALIDAD DEL MONÓLOGO, DESPLEGAR LA ENTRADA

EL TEATRO NO SE HACE PARA CANTAR LAS COSAS, SINO PARA CAMBIARLAS (VITTORIO GASSMAN)


Salomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel GanivetSalomé Guadalupe Ingelmo, Ángel Ganivet, Concurso Literario Internacional Ángel Ganivet, Concurso Literario Ángel Ganivet, Concurso Ángel Ganivet, Premio Ángel Ganivet, Certamen Ángel Ganivet



















ALICIA SE MIRA EN EL ESPEJO
MEDEA ENCADENADA
SALOMÉ GUADALUPE INGELMO (ESPAÑA)
NUEVA DRAMATURGIA PODEROSA Y CONVOCANTE
F.G.C

Ediciones COMOARTES (CIINOE) presenta en profundidad a una nueva y excelente dramaturga: Salomé Guadalupe Ingelmo (España, escritora de quien hemos dado a conocer recientemente su primer volumen de narrativa), al editar como libro su monólogo inédito Alicia se mira en el espejo, acompañado de dos entrevistas, y, en un cuaderno, su colección de microficciones monoteatrales Medea encadenada (monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras…).
     Alicia se mira en el espejo y dos de los textos de Medea encadenada, también inéditos, han sido escritos especialmente a mi pedido y para esta editorial, dentro de la cruzada que como hombre de la escena inicié a finales de los años setenta por el auténtico monólogo escénico: el teatral, y que desde entonces ha sumado en diversos países numerosas acciones de trascendencia. La publicación digital de Alicia se mira en el espejo, Ediciones COMOARTES, Colección Los Libros de las Gaviotas 25, Madrid / México D. F., 2013, incluye además dos entrevistas (una inédita) mías a Salomé Guadalupe Ingelmo: “El monólogo recrea una intimidad sin parangón” y “La narrativa es introspección y revelación” con tanto extrapolable al universo del teatro (que también narra) y proveniente de mi “Indagación sobre la narrativa” / Contemporáneos del Mundo; todo para hacer de este libro un volumen preciado, sobresaliente para el teatro y quienes crean dentro de, o con respecto a, su galaxia. Mientras que la publicación digital de Medea encadenada y otros textos dramatúrgicos hiperbreves, Ediciones COMOARTES, Colección Los Cuadernos de las Gaviotas 97, 2013, reúne quince monólogos, soliloquios, monoteatros sin palabras hiperbreves, la mayoría premiados en concursos internacionales, algunos de modo absoluto o muy relevante, por su originalidad, profundidad, belleza, rotundidades. 
     Alicia se mira en el espejo y los dos hiperbreves “Lapsus en niña menguante” y “Penitenziagite” / Más dulce será la caída”, en Medea encadenada,  se suman ahora a otros monólogos y textos para lo unipersonal creados a petición expresa mía y editados, por citar dos de los años setenta: Yo tengo un brillante, de Nicolás Dorr, y La Machuca, de Eugenio Hernández Espinosa, dramaturgos cubanos contemporáneos de los más significativos a escala mundial que escribieron así sus primeros monólogos. Y más recientemente, a los igualmente solicitados por mí –y, estos, publicados ya por nuestra Ediciones COMOARTES–, de grandes nombres de la escena: Desde el sótano, de Nicolás Dorr (Cuba), Conversación con Pablo, de Sara Joffré (Perú), Bel La Bella, de Antonia Bueno (España) y La luna y el pozo de Mar Pfeiffer; en tanto están en proceso otros que he pedido a dramaturgos de España, de Cuba…
     Alicia se mira en el espejo, cincelado y clamoroso alegato contra la violencia de género, de la denuncia y del compromiso, de la brillantez y de las múltiples significaciones, se inserta en esta historia para añadir (junto a los dos textos hiperbreves de igual excepcionalidad) una columna dramatúrgica poderosa y convocante. 
     Dos publicaciones, libro y cuaderno, que son un homenaje a la escena de Ediciones COMOARTES desde las excelencias de los dieciséis textos de Salomé Guadalupe Ingelmo que ya la CIINOE comienza a difundir masivamente por el planeta. 
     El teatro, como el amor, es horizonte habitado por todo lo que somos. F.G.C


Potente e inquietante el monólogo de Salomé Guadalupe Ingelmo: Alicia se mira en el espejo. Pude ver y sentir ese espacio tan fuerte de ropero-cárcel. Su publicación se inserta en la gran cruzada de la palabra que hacen F.G.C , José Víctor Martínez Gil y Ediciones COMOARTES. Mar Pfeiffer, dramaturga argentina.

AL CAMINAR SOBRE LAS ASCUAS

Como algunos de vosotros quizá recordéis, el pasado 14 de octubre se declaró un incendio en la sierra de Hervás. El fuego tardó varios días en ser extinguido y, como consecuencia, se quemaron más de 300 hectáreas de monte. La alta pendiente de la zona afectada y su cercanía al cauce del Horcajo, que abastece al pueblo, hizo temer que las lluvias y arrastres invernales provocasen una amplia erosión y que los residuos del incendio llegasen hasta la presa del Horcajo.
Por si hay personas que piensan que un incendio es algo puramente anecdótico, que el monte se regenera sólo sin demasiadas dificultades, para aquellos que nunca hayan experimentado la desolación de circular por cumbres devastadas por el fuego, hoy quiero dejar el testimonio de algunas fotos tomadas hace un par de días desde la Pista Heidi, en la zona que se extiende entre Gargantilla Honda y el río Horcajo. Quizá quienes no están acostumbrados a circular por los montes pelados por el invierno no perciban tan claramente los daños a primera vista, por lo que aconsejo aumentar las fotos. Al final observaréis el paisaje apocalíptico que ofrece la presa del Horcajo, la que normalmente abastece al pueblo, totalmente vacía y blanqueada por la escarcha.



















DEVASTACIÓN
Negro cielo.
Negra tierra.
Negro es el carbón.
Negro, el color de la ausencia.
Negros, los pozos sin fondo
de la conciencia.
Negra, la ceniza que nieva
enturbiando los pensamientos
del poeta.
                                                                                          (S. G. I. Hervás, 27 de diciembre de 2011)


Para escuchar Dios de la lluvia, de El último de la fila

ENTERRADOS VIVOS


Es necesario mirar dentro. Pero sin perder de vista lo que hay fuera ni siquiera en los momentos en los que la introspección es más profunda o nos encontramos en las simas más insondables. Porque de hecho esa introspección, que ha de servir para mejorarnos, ha de convertirnos en individuos más valiosos para la comunidad, para dar más y mejor a nuestros semejantes.


Hoy acogeremos una entrada que recupera, sin metáforas ni otras figuras literarias, sin velos, la esencia originaria de este blog, y también de mi blog centrado en la judería de Hervás (http://traslospasosdelpuebloelegido.blogspot.com). Ambos nacieron en su día con vocación de servicio a la comunidad, ya sea a la de Hervás o a una mucho más amplia. Y hoy ponemos ambos al servicio de la comunidad más restringida: la patria chica. Pero apelando también, por supuesto, a la solidaridad de los que componen la mayor: a quienes nos han visitado o nos visitará, a quienes quizá nunca lleguen a conocernos y sencillamente se preocupan por su prójimo. Porque además los amantes de la naturaleza suelen ser personas especialmente solidarias, en buena medida por motivos que analizamos hace ya algún tiempo.

Disculpareis si el título parece un tanto efectista. Si adopta tintes dramáticos o incluso catastrofistas. También podría haber titulado esta entrada “La muralla de Hervás se está cayendo”, parafraseando la famosa cancioncilla infantil inglesa “El puente de Londres se está cayendo”. Pero la cosa es que yo, que (os lo creáis o no) tiendo siempre a desdramatizar, en este momento no tengo ningunas ganas de tomármelo a broma. No, porque no es cosa de risa que las personas no concilien el sueño por las noches pensando si la muralla que rodea la Iglesia de Santa María de Hervás (Santa María de la Asunción de las Aguas Vivas) acabará cayendo sobre sus cabezas. No es una bella margarita que deshojar.

Hoy, a eso de las dos de la tarde, cuando le preguntaba a una de las vecinas más afectadas qué mensaje deseaba transmitir a las personas que leyesen esta entrada (a todos sus vecinos, si fuese posible que a ellos llegase a través de nosotros), qué sensación quería que los demás percibiesen, ella respondía, como es lógico, “que se vive con miedo”. Añadía “cuando escucho ruidos raros por la noche, pienso Ay, Dios mío, a ver si es la muralla que ya se está cayendo. Y cuando sopla el viento pienso a ver si se va a caer ahora”. Añade este testigo que ayer vio desprenderse nuevamente tierra en el hueco apuntalado en la muralla. Apuntalado como lo veis en las fotos desde que esas piedras se derrumbaron, unos días antes de Nochebuena. Qué gran regalo de Navidad para los vecinos de esta calle, que ocupa la parte trasera de la iglesia y que va a dar a un mirador bastante transitado también por los turistas.

Y lo cierto es que este regalo no es inesperado, no es el primero que esa muralla les ofrece. Un pedazo contiguo, reconstruido ahora (lo veis de color ligeramente más claro en las fotos), se cayó hace casi siete años. Entonces, los mismos vecinos que ven ahora peligrar su integridad de nuevo habían avisado de que un día u otro sucedería una desgracia, como han hecho ahora también en varias ocasiones. Consiguieron que la zona fuese visitada por la aparejadora del Ayuntamiento, que según estos testigos les tranquilizó diciéndoles que aquello resistiría. Que les tranquilizó es una forma de hablar, porque entre los testigos había personas dedicadas al noble arte de la construcción, y su optimismo no se les contagió. Según me contaban hoy, esa misma noche la muralla cedió. Sepulto la moto de uno de los vecinos, dañó las escaleras de ingreso a su casa y no se llevó a nadie por delante porque quiso el destino, o la Providencia, que nadie transitase en ese momento por la calle. Pero las piedras de la muralla acariciaron bruscamente las pareces de esas casas. De haber sido más alta la muralla… De hecho tal fue la vibración que el derrumbe produjo que posteriormente estos mismos vecinos advirtieron goteras en su techo y, al ir a repararlas un albañil contratado por ellos, éste les comentó que el problema se debía a que la desgracia había provocado que se descolocasen las placas sobre las que apoyaban las tejas.

El problema se repitió unos diez metros más adelante hace unos tres años, cuando otro pedazo de la muralla cedió sobre una cuadra. Y venía de antiguo: hace unos cuarenta y pico años otro pedazo de la misma se había derrumbado ya.

El boquete que observáis en las fotos, el que ahora nos ocupa y reclama atención inmediata, se abrió, como os decía, unos días antes de Nochebuena. Como otras veces, los vecinos habían avisado antes reiteradamente al Ayuntamiento del peligro, que es consabido. Ese día, cuando finalmente se derrumbó, al ser avisada, la policía se personó inmediatamente. Los vecinos fueron desalojados durante dos noches: tres familias debieron abandonar sus casas. En realidad toda la calle se veía afectada, pero las demás familias no viven asiduamente allí.

Desde entonces, desde antes de Navidades, ese boquete sigue apuntalado de la forma precaria que veis (los puntales internos apoyan sobre tierra removida). Y lo más preocupante no es sólo el tiempo que ha pasado (tiempo en el que esos vecinos no duermen tranquilos), sino todas las lluvias caídas que lógicamente aumentarán los desprendimientos en el terreno, en una roca que se erosiona con facilidad. Hoy otro de los afectados manifestaba que si no ha terminado de caerse no es por los puntales, sino porque Dios no ha querido. Y es que, en efecto, Él aprieta, pero no ahoga. Aunque las acciones de los responsables no se deberían limitar a confiar en esta máxima. Está muy bien tener fe, pero a veces eso no basta. No debe bastar. Especialmente si se es un cargo público.

Me confirman que la Policía Municipal pasa con una cierta frecuencia a ver el estado de la zona apuntalada. Pero lo cierto es que, a pesar de no albergar dudas sobre la escrupulosidad con la cual desenvolverán su función, ellos no son técnicos. Parece ser que los peritos estuvieron sacando fotos después de Navidades. Los vecinos se sienten abandonados y muy defraudados. “No se puede tener esto en tal estado de dejadez”, me decía uno hoy.

Las quejas al Ayuntamiento han sido múltiples y actualmente, ante la aparente pasividad, los vecinos están recogiendo firmas. La respuesta es siempre la misma: que ya están en ello. Pero en ello llevan desde las Navidades. Y éste es un problema recurrente desde, como hemos visto, el cuarenta y pico. Mucho llevan en ello para sólo parchear malamente algunas zonas con ladrillo (visto que la iglesia es uno de los monumentos más antiguos de Hervás, tengo mis dudas sobre lo oportuno de este tipo de “arreglos”) o rehacer pequeños tramos una vez éstos se han caído del todo. Será que a mí me ha encantado siempre el dicho “mejor prevenir que curar”. Sobre todo porque en este caso, con algo tan serio, podría no haber cura posible.

La otra respuesta es que esas obras son responsabilidad del Obispado.

Bien, querido Ayuntamiento de Hervás, a los vecinos ya les da igual de quién sea la jurisdicción y la responsabilidad: el riesgo real, inminente, está denunciado desde hace mucho, y se lleva demasiado tentando a la suerte. Lo razonable en este caso sería resolver el problema inmediatamente, y luego depurar responsabilidades o apelar a la conciencia de quién sea necesario. Solucionad primero y después echaos en cara entre vosotros todo lo que queráis. Lo pague el Obispado, el Ayuntamiento de Hervás o la Junta de Extremadura, eso ha de ser resuelto ya, PORQUE ES LA VIDA DE PERSONAS DE CARNE Y HUESO LA QUE ESTÁ EN JUEGO. DE PERSONAS QUE ESTÁN VIVITAS Y COLEANDO... DE MOMENTO. Podría decirlo incluso más alto, pero no más claro.

La pregunta es si vamos a seguir esperando hasta que ocurra una desgracia irreparable, una que no sea “sólo” material: hasta que un día alguien pase despreocupadamente por allí y una enorme roca de corazón duro se lleve su vida prematuramente por delante. O hasta que la ansiedad les destroce los nervios a quienes viven bajo esa amenaza constante.

Como me hacen notar los vecinos, en este momento si ocurriese alguna desgracia, si se necesitase asistencia médica urgente, por ejemplo, una ambulancia no podría acceder a esta calle. Como observáis en las fotos, ya resulta complicado simplemente entrar en esas casas; los pedruscos caídos llegan casi hasta las mismas puertas.

Por otro lado esa muralla, como os decía antes, forma parte de un patrimonio histórico que hay que salvaguardar, que está exigiendo un mantenimiento, una reconstrucción adecuada (que desde luego no debería pasar por el parcheo con ladrillo).

La iglesia de Santa María ocupó un bastión en origen templario. Fue construida en el siglo XIII y es escenario de algunas leyendas de esta comunidad; forma parte de un bagaje histórico, cultural y artístico que hay que preservar. Es un monumento de todos los hervasenses. Igual que este problema no atañe sólo a los habitantes de esa calle, sino a los de todo el pueblo.

Éste es, ante todo, un llamamiento a la solidaridad de todos los habitantes de Hérvás, que han de recuperar el sentimiento de pertenencia a una comunidad, como existió antaño. Hacedlo por generosidad, por empatía, por haber comprendido que lo que le sucede a uno es lo que nos sucede a todos. Pero si no sois capaces de hacerlo por esos motivos, hacedlo al menos por egoísmo. Porque mañana os podría tocar a vosotros: porque un día podrías tener un problema del que el resto del pueblo decidiese desentenderse.

Os recuerdo el famoso poema de Martin Niemoeller “Cuando los nazis vinieron”, que muchos atribuyen a Brecht.


Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas,

guardé silencio,

porque yo no era comunista.

Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,

guardé silencio,

porque yo no era socialdemócrata.

Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,

no protesté,

porque yo no era sindicalista.

Cuando vinieron a buscar a los judíos,

no protesté,

porque yo no era judío.

Cuando vinieron a buscarme,

no había nadie más que pudiera protestar.



La lista para recogida de firmas que se presentará en el Ayuntamiento está en la tienda de ultramarinos de José Luis del Arco, en la calle Relator González 23 (La Calle de los Comercios para los hervasenses). Él es uno de los principales afectados (si bien tiene la fortuna de no vivir allí. Es su secadero el que podría desaparecer cualquier día bajo la muralla) y os atenderá con mucho gusto. No sigáis callando como habéis callado con tantas otras cosas sólo porque, como algunos confesáis en privado, “no se puede cambiar nada”. No os escondáis tras esa pobre justificación. Sería más vergonzoso aún en los tiempos que corren, en los que las voces ponderadas y pacíficas parecen dispuestas a reconquistar los lugares que les corresponden, a reconquistarlos incluso en circunstancias mucho más adversas que las nuestras. Id a firmar por conciencia, por compromiso, por generosidad. Y si no podéis, id a firmar por egoísmo. Pero id.

Por último, se me ha ocurrido que algunos hervasenses que viven lejos pueden (deberían) estar interesados en mostrar su apoyo y exigir una actuación responsable. Se me ha ocurrido que podríamos habilitar un correo electrónico para que a él pudiesen enviar su firma escaneada. Así mismo podríamos hacer otra lista con todos aquellos interesados en mostrar su apoyo a los vecinos de Hervás aun no siendo hijos de la villa. Quizá al Ayuntamiento le interese constatar cuántas personas, potenciales turistas, se preocupan por la buena salud del pueblo. Porque quizá un día podrán quedarse sin monumentos que visitar. Nuestros embutidos y dulces seguirán siendo proverbiales, pero no estaría mal que pudieseis encontrar aún el pueblo en pie si os decidís a hacernos una visita.

¿Qué exagero? No sé, podría ser: entero no se va a caer. Pero es que con la vida y la tranquilidad de las personas no se juega. Me parece.




Los verdaderos protagonistas estan aquí