.

.

DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

Mostrando entradas con la etiqueta EN MEMORIA. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta EN MEMORIA. Mostrar todas las entradas

JARDINES DE PIEDRA PARA RETOÑOS CERCENADOS

Fauno del Museo Sorolla (Madrid)

INMUNE A LA PÁTINA

Llueve del ojo supremo
no importa
no reconozco más llanto
que el del caimán
hermano
nada perturba mi sueño
metálico
impermeable al dolor
extraño
en el jardín circular
resido
de mi dominio inalterable
no salgo
                                                                                                               (S. G. I, Madrid, 1 de noviembre, 2013) 

Mujer con máscara, Lorenzo Lippi

Para escuchar a Radio Futura interpretando La estatua en el jardín botánico

EN UNA ISLA A LA DERIVA

Amanecer en Peñalara, desde donde el cielo está más cerca

NANA PARA UN NIÑO AHOGADO
Naufraga el sueño
al despuntar el alba.
En isla de piedra encallo;
imposible atravesar sus murallas.
Yo buscaba lejanas sirenas
atraído por falso canto;
cegado por brillantes escamas,
tentadores doblones piratas.
Pero ellas no tienen corazón;
por treinta míseras monedas
han vendido sus almas.
Yo no sabía del mundo:
con eso yo no contaba.
Eran sólo simulacros de chocolate:
baratijas para niños hambrientos
que entretendrán peces y algas.
Cuna de coral, sonajero de ostras.
Cántale, tú que puedes,
 nana eterna,
caracola.
¡Mi niño es el rey del mar!
¡Mi niño ya tiene patria!
Mi niño es señor
de cuanto sus cuencas vacías abarcan.
Duerme, mi niño muerto,
y sueña volar sobre manta raya:
salir de tu reino mudo
a lomos de alfombra mágica.
                                                                                                             (S. G. I, Madrid, 15 de octubre, 2013)


Ulises y las sirenas, Herbert James Draper

Para escuchar a This Mortal Coil interperandp Song to the siren 

Para escucharla interepretada por Robert Plant (obsérvense los elogios a Tim Buckley)

Para escuchar la versión original de Tim Buckley 

BIENAVENTURADOS LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN

Olivar de Granadilla, pero podría haber sido Getsemaní


A LA IZQUIERDA DEL PADRE
Para ti que ya has ganado el reino
hoy transmuto esa corona
de espinas
en flores silvestres y espigas
Tuyas son promesa y semilla
La espera te ha sembrado
amapolas en el rostro
que ni el roce de la suela ha sabido doblegar
Los ojos a lo alto la frente orgullosa
Pues nada merece la tierra
incapaz de celebrar al hijo pródigo
que ha de regresar en hueso o espíritu
muy pronto
Entre tanto uno a uno
limo aguijones y astillas
Mudo cada nueva afrenta
que ennoblece la otra mejilla
Para que encuentres el camino libre
cuando inicies la venida.
                                                                                      (S. G. I, Madrid, 13 de octubre, 2013)

Flevit super illam Enrique Simonet
Flevit super illam, por Enrique Simonet

Para escuchar a Paul Carrack interpretando Satisfy my soul
https://www.youtube.com/watch?v=WtKjIaaDb6w 
 

REWIND

Olivar abandonada en las ruinas de Granadilla (Cáceres)


Lo he repetido muchas veces, lo sé. Pero aún he de seguir diciéndolo. Ahora que estamos tan faltos de verdaderos referentes, de referentes verdaderamente honestos, quizá sea hora de que la literatura se pronuncie más que nunca. Más alto que nunca. Más claro que nunca. Este año se nos fue la lucidez que aportaba Sampedro, y en unos días celebramos el aniversario de Delibes… Delibes, el paladín de los desheredados, de los explotados por los terratenientes, de los privados del sacrosanto derecho a una educación e incluso a la más básica dignidad. Y sin embargo esa sociedad casi feudal retratada en Los santos inocentes, que nos parece hoy tan ajena, no queda tan lejos en nuestra historia más reciente. En algunas regiones, de hecho, se diría aberrantemente próxima aún. Basta preguntar a nuestros más ancianos. Esos que, como los demás, ahora ven peligrar el inmenso bienestar conquistado. Quizá, un día no tan lejano, una parte fundamental de esos derechos sociales arrancados a golpe de sudor y lágrimas. A veces, también de sangre.
Y así pasan ante nuestros ojos: Paco con su pierna rota a rastras, haciendo las veces de perro fiel para el señorito; la Niña Chica malviviendo como un animal o un mueble y el Azarías abandonado sin más a su retraso. Como siempre digo, los límites entre realidad y ficción se vuelve a menudo imprecisos para el escritor, y ya no sabes dónde acaban tus personajes y dónde empiezas tú mismo… Ni derechos de los trabajadores, ni asistencia sanitaria a los enfermos o discapacitados psíquicos. Ningún respeto por la vida humana… si ésta pertenece a otra clase, a la clase equivocada. La que siempre queda desamparada. Ciudadanos de primera y siervos. La tácita aquiescencia de las autoridades, o incluso el apoyo manifiesto, a un sistema que sólo sabe acrecentar las desigualdades. Caciques egoístas apegados a sus privilegios, incapaces de sentir un mínimo de empatía o piedad, de repartir siquiera unas migajas. Víctimas a las que sólo queda la vía de la rebelión para deshacerse del opresor yugo.
Porque por mucho que se enseñe a padecer resignadamente a un pueblo, cualquier paciencia tiene su límite. La Historia lo enseña: toda cuerda, si estirada en exceso, acaba por romperse. Aunque para entonces quizá el nudo corredizo haya hecho ya su labor, y el peso muerto que lastra pueda soltarse definitivamente sin ceremonias ni miramientos.
Y así que el Azarías pasó el cabo de la soga por el camal de encima de su cabeza y tiró de él con todas sus fuerzas, gruñendo y babeando, el señorito Iván perdió pie, se sintió  repentinamente izado, soltó la jaula de los palomos y
¡Dios!... estás loco... tu, dijo ronca, entrecortadamente, de tal modo que apenas si se le  oyó y, en cambio, fue claramente perceptible el áspero estertor que le siguió como un  prolongado ronquido y, casi inmediatamente, el señorito Iván sacó la lengua, una lengua  larga, gruesa y cárdena, pero el Azarías ni le miraba, tan sólo sostenía la cuerda, cuyo  cabo amarró ahora al camal en que se sentaba y se frotó una mano con otra y sus labios  esbozaron una bobalicona sonrisa, pero todavía el señorito Iván, o las piernas del señorito Iván, experimentaron unas convulsiones extrañas, unos espasmos electrizados, como si se arrancaran a bailar por su cuenta y su cuerpo penduleó un rato en el vacío hasta que, al cabo, quedó inmóvil, la barbilla en lo alto del pecho, los ojos desorbitados, los brazos desmayados a lo largo del cuerpo, mientras Azarías, arriba, mascaba salivilla y reía bobamente al cielo.
                                                               (Miguel Delibes, Los santos inocentes)


Para escuchar a Molotov interpretando Gimme the power
http://www.youtube.com/watch?v=VTQ8r4HTUyE 
 

CRÓNICAS DESDE LA CARA OCULTA

Ángel Caído Real Academia de San Fernando (Madrid)


RETRATO DE FAMILIA FELIZ
Dos extremos,
somos dos,
de una misma madeja.
Retuérceme,
ponme a colgar del (h)uso,
hazme girar en tu rueca.
Mientras tú lanzas los cuchillos,
yo esconderé la cabeza.
Sabe más la tortuga por cobarde
que por vieja.
Pegado en tu tela de araña,
noto vibrar las cuerdas.
Y qué puedo hacer yo
si en nuestra trampa
ha caído otra presa.
Qué dichosos seremos
los tres,
trapecistas sobre el abismo,
trabajando con tu deshilachada red
como único antídoto
contra el destino.
                                                                                        (S. G. I, Madrid, 8 de octubre, 2013)


Edipo y la esfinge, Gustave Moreau


Para escuchar a Radio Futura interpretando Han caído los dos


NEVERMORE

Río Tormes (Salamanca). Aunque bien podría ser el Leteo
 
EN TIERRA INEXPLORADA

     Sólo los separa el Leteo; casi puede tocarla. El autor se dispone a atravesar la cautivadora corriente, aun a riesgo de quedar aprisionado en el Hades. Pero entonces lee en sus ojos: ella ya no es su Virginia, ya no le reconoce. Súbitamente el grácil cuerpo se pliega. Tras el violento golpe de tos, ella observa el cándido pañuelo con resignación y tibia melancolía. Muestra al desconocido la mancha que se extiende implacable. Le ofrece un adorable mohín a modo de disculpa. Se hace tarde; debe regresar a casa.

A miles de kilómetros, las olas del mar gélido rompen contra los acantilados. Es octubre y hace frío, pero la ventana abierta aguarda el improbable regreso de Annabel.

     “¡No cerréis el ataúd, ella aún vive!”. El escritor despierta sobresaltado. Las lágrimas han fluido inconscientemente mientras dormía sobre su escritorio, y ahora es su último poema el que parece llorar ríos de tinta. Sabe que regresará junto a ella, pero no puede esperar todo un día. Entonces abre el cajón que siempre permanece cerrado con llave y, fingiendo no ver los insidiosos recortes de periódico, extraer el precioso frasquito. Aprieta los labios contra la fría boca y bebe de ese beso lenitivo. Tras algunos minutos, la voz infantil acude acompañada por el lánguido lamento del arpa que ella solía tocar. Revolotea tímidamente por la habitación. Cuando está a punto de posarse en su hombro, el sombrío cuervo grazna “nevermore” y el animalito huye asustado.

     Lo persigue por un Baltimore desierto, entre los glaciares y la bruma de los opiáceos y el alcohol, hasta caer exhausto. No se resiste cuando un vagabundo le propone que intercambien sus chaquetas.

     Siente tanta piedad que finalmente decide entregársele. No ve esas ropas raídas que ni siquiera le pertenecen. Ella sabe quién es él realmente, no necesita leer los recortes de su cajón. Bajo el tupido velo de novia, Edgar reconoce inmediatamente el rostro pálido como la nieve: la ha cortejado desde su juventud. La enorme figura etérea avanza con los brazos abiertos, dispuesta a acogerle en su seno. Esta vez, para siempre.

(Salomé Guadalupe Ingelmo, En tierra inexplorada, en la revista digital miNatura. Revista de lo breve y lo fantástico 103, julio-agosto 2010, p. 26, pp. 21-22.)

Edgar Allan Poe, Salomé guadalupe Ingelmo


Para escuchar a Radio Futura interpretando Annabel Lee

LAS NIÑAS MALAS NO VAN AL CIELO

Puente del Real, Valencia

VOCACIÓN DE MAE WEST
Podía ir a todas partes;
no era una niña buena.
Podía elegir cualquier lugar
y, a fuerza de vagabundear,
acabé escogiendo el matadero.

Tenía mucha prisa
por alejarme del colegio.
No había tiempo de pensar.
Demasiado joven para temer
el cementerio.

Porque yo no me creía buena.
Pero él no lo era.
Comprendí demasiado tarde.
Las niñas malas no van al cielo;
acaban en un agujero.

Se cierran todas las puertas
hasta crearse su propio infierno.
                                                                                 (S. G. I, Madrid, 21 de septiembre, 2013)

Delacroix, Dante y Virgilio en los infiernos

Para escuchar a Amy Winehouse interpretando You know I’m not good

FINAL DE LÍNEA


ÚLTIMA ESTACIÓN
En el andén,
vidas como vías
tendidas con urgencia.
Se volvieron confluyentes
las líneas paralelas.
Hilos cercenados,
forjados
con duro hierro.
Frágiles destinos
esparcidos
sobre raíles siniestros.
                                                                                                     (S. G. I, Madrid, 25 de julio, 2013)

El destino o Las parcas, Francisco de Goya

Para escuchar Το τραίνο φεύγει στις οκτώ, de Mikis Theodorakis, interpretado por María Farantoúri

NO NECESITO UN ANIVERSARIO



SE TI SCRIVO SOLO ADESSO…
Quédate, Señor, tu serenidad
si es para aceptar lo que cambiar no puedo.
Animal me hiciste,
la respuesta es refleja:
si me hieres, me revuelvo.
Daño colateral o error de cálculo.
Elección equivocada.
Quizá sólo un despiste.
Te fabricó a su imagen un ser imperfecto.
Negligente.
Te cansaste demasiado pronto de hilar
y cortaste.
En el tejido, un agujero.
Extirpaste sin zurcirme siquiera.
Tarde para disculpas:
el trasplante es imposible,
no existen indemnizaciones.
Me has dejado sólo una opción.
Quiero la hoja de reclamaciones

Se ti scrivo solo adesso, un motivo ci sarà.
Crece bajo mi ventana el sauce
blanco −terca cabellera cana−,
cabizbajo.
Ninguna mano complaciente
aligera ya sus ramas.
Pasó el capricho infantil
−mi edad, si preguntan,
sólo tres dedos−
Nos echan de menos en el jardín,
abuelo.
Tú tienes el tuyo de piedra:
duermes hace años
en el suelo.
Yo, a días,
no sé reemprender el vuelo
                                                                     (S. G. I, Madrid, 15 de julio, 2013)

El sacrificio de Isaac, Caravaggio

Gracias, Dios mío, por habernos creado animales. Por habernos emparentado, salvo a unos pocos más próximos al reino de los protozoos −con perdón de las amebas−, con el mono.

Para escuchar a Ligabue interpretando Lettera A G, precedida por su poema Il guscio rotto

REVELACIÓN


Catedral Vieja de Plasencia


En estos últimos días, por motivos que no vienen al caso aunque existen –nada sucede porque sí, aunque algunos se empeñen en hacernos creer lo contrario– he releído una novela descubierta hace muchos años, cuando aún vivía en Italia. No soy aficionada al género policíaco, pero aprecio la buena literatura más allá de los géneros y los argumentos. Por eso recomiendo El silencio de Dios, de Gilbert Sinoué, a los amantes de la novela policiaca. Pero también, en general, a todos aquellos seres dispuestos a no dejarse aniquilar por la ciega y sorda ortodoxia; a quienes cultivan la duda constructiva, la reflexión esclarecedora y enriquecedora –si bien no exenta de dolor–. Jamás, el devastador escepticismo.
Son tiempos para reflexionar sobre el libre albedrío. Porque en lo más íntimo cada uno de nosotros sabe lo que está bien y lo que no. Por eso es necesario aprender a despojarse de miedos o intereses; hacerse responsable de los propios actos y sus consecuencias. Es necesario no cerrar la puerta a la propia conciencia.


Atravesará un camello el ojo de una aguja antes de que la ausencia de escrúpulos pise el reino de los cielos. Estoy segura. Es estrecha la ranura para quienes no aman ni respetan a sus semejantes. Da igual en lo que digan creer, porque resulta demasiado fácil leer en sus corazones… de piedra.

Ángel de la Revelación, William Blake

Para escuchar a Florence and the Machine interpretando No Light, no light




LA VOZ DEL AMO

Monumento a los perros, Ayuntamiento de Canencia al fondo


Con tal de dar la razón a quien conviene, mintamos, tergiversemos, usemos argumentos torticeros…
Insultemos, además, a las víctimas, que muriéndose nos han fastidiado el negocio y nos han puesto –¡qué desfachatez!– en un aprieto: los muchachitos mueren porque son unos borrachos. No sé qué es peor, si un alcohólico –suponiendo que lo sea–, al fin y al cabo, un enfermo, o un mentiroso patológico que pretende manipular a toda costa, a sabiendas. Qué creen estos personajillos que se autoproclaman periodistas –señores, no basta con un diploma firmado por el Rey, su disciplina exige un determinado acercamiento a la realidad del que ustedes son del todo incapaces– que obtendrán defendiendo, permanentemente, lo indefendible. O qué obtienen en efecto.... ¿Dormirán por las noches? Una cosa les alabo, esa falta absoluta de complejos: porque decir según qué cosas con los cadáveres –metafóricos o reales– aún frescos y que no se te caiga la cara de vergüenza… Claro que a lo mejor he confundido los términos y lo que no tienen, sencillamente, son principios.
Existe un dicho muy castizo, no demasiado elegante pero trágicamente cierto. Pues sí, además, apaleados. Siento vergüenza ajena. Y ganas de pedir perdón por otros a quienes han perdido a los suyos. Porque todos somos responsables, yo la primera, si, callando, hemos permitido que estos individuos sin escrúpulos hayan creído que todo vale y que son intocables; que nada de cuanto digan o hagan tendrá consecuencias. Basta ya de falsos profetas por boca de los cuales hablan siempre instancias más altas, que no superiores. Al menos, por cuanto respecta a moralidad y ética. Se da el caso que sólo se puede enseñar de lo que se sabe: a aprender, de nuevo, a la escuela.


Mentira, Salvator Rosa

Para escuchar a Joan Manuel Serrat interpretando Yo me manejo bien con todo el mundo

NB0Ar3P80419T54f30y0

Zt0vX3Ik3915X58931Q0

PESADILLA ANTES DE NAVIDAD



Cementerio de Hervás

TRICK OR TREAT
Noche oscura
de almas.
Noche de muertos:
sueños eternos
suspendidos de un hilo
cortado a destiempo.

Elijo el trato
y me das el truco.
Codicia: no te basta
hacerme morir de miedo.
En un ataudito pequeño
disfrazada de cadáver
me mandas al cementerio.
                                                                                  (S. G. I., Madrid, 1 de noviembre de 2012)

La muerte de un avaro, El Bosco


Para escuchar Esto es Halloween, BSO de Pesadilla antes de Navidad

Para escuchar a Eric Clapton interpretando Tears in heaven

SE LLAMA OBSESIÓN




Las personas no vienen con libro de instrucciones. Y aunque así fuese, las instrucciones de algunas personas estarían escritas en una lengua ininteligible, probablemente incluso para ellas mismas. Y aunque así fuese, algunas personas están sencillamente negadas para los rompecabezas. Este género de juegos requiere no sólo destreza sino también paciencia y una buena dosis de voluntad. Puedes estar particularmente dotado para ellos, pero si no entrenas con asiduidad, pierdes la mano fácilmente. Nos volvemos huraños en breve, a fuerza de jugar solos con nuestros juguetes. Peor aún, pretendemos jugar con otras vidas como si fuesen juguetes, nuestros personales e irrenunciables juguetes: objetos que manipular a nuestro antojo sin consideración
Guillermo de Baskerville, atrincherado tras su reconfortante y protector hábito, aseveraba: “Cuán pacífica sería la vida sin amor, cuán segura, cuan tranquila… y cuán aburrida”. Seguramente tenía razón. El problema consiste en definir claramente el término amor. Más que nada para no generar malos entendidos que podrían revelarse fatales.
El amor no conoce de esclavitud. Si has de pedir la manumisión significa que no te quiere; sólo se quiere. La libertad no se pide, se exige: es tuya por derecho, y no hay justificaciones necesarias, ni posibles.

Otelo, Antonio Muñoz Degraín

Para escuchar a Elton John interpretando Tonight

Para escuchar a Elton John interpretando Tonight en el mítico concierto de Sydney 1986

DE INSECTOS Y ARQUETIPOS. LA SOCIEDAD PATRIARCAL Y SUS DEMONIOS


MATER A MANTIS IMA
Medea, Salomé, Judith…
Perversa naturaleza:
después de drenarte los fluidos,
te cortará la cabeza.

Si no te andas con ojo,
sus afiladas garras
abrirán en canal
tu desamparada cartera.

Manso como al gato te quiere:
sin mediación del cuchillo,
su vagina dentada
te castrará con certeza.

Una vez te cases,
no pasarás por las puertas:
mientras se lo permita el cuerpo,
te coronará luenga cuerna.

Tú o ella…

No merece prisión
quien mata en legítima defensa.
El que lapida primero
no recibe piedras.

Mejor acabar con la madre,
la mujer y la suegra
que sacarse los ojos
de las angustiadas cuencas.

Si te aterroriza lo que ves,
erradícalo de la tierra.
O sepúltalo definitivamente
bajo ella.
                                                                 (S. G. I. Madrid, 14 de marzo de 2012)

Reza un refrán popular “Cuando vuelvas a casa, pega a tu mujer. Tú no sabes porqué, pero ella sí”.

La arpía, Edvard Munch


Para escuchar a Jimi Hendrix interpretando Hey you 

Para escuchar a Amy Winehouse interpretando Back to black

COMPORTAMIENTO ANIMAL


LA ESTRATEGIA DEL AVESTRUZ
Ojos que no ven,
corazón que no siente…
Dicen.
Cava Edipo la fosa
con las uñas, inconsciente.
De las cuencas vacías
brotan melancólicas fuentes:
imposible borrar el remordimiento
de la mente.
                                                                                                     (S. G. I. Madrid, 29 de febrero de 2012)



Para escuchar a Bettinotti Fernández interpretando El hombre muere del hombre


ENTRE TINIEBLAS

Gargantilla bajo la niebla

ELEGÍA
Un muerto canta
a ese lado de la distopía.
En el mundo que no he sabido crear
frustrado llanto exuda el cielo,
ubre siempre lista para el ordeño.
Por la culpa;
por mi culpa.
De nuevo, por mi grandísima culpa.
Porque mi magia agoniza impotente:
sólo soy un dios en el destierro.
Si araño la superficie,
se me resquebrajan los dedos.
Se me disuelven las palabras
como azúcar en ajenjo.
Escupo amargo remordimiento.
Un muerto canta y su voz es trino rojo.
Pudo haber sido vida
de haber sabido yo
escribir esa utopía.
                                                                                                      (S. G. I. Hervás, 16 de febrero de 2012)

Sconfitta, de William Blake

Para escuchar a Eagles interpretando Hotel California

Los verdaderos protagonistas estan aquí