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DOS PINCELADAS SOBRE HERVÁS


(S. G. I., Madrid, 13 de octubre de 2011)

EL CAMINO, EL DE DENTRO Y EL DE FUERA, NO TIENE FIN: LO CONSTRUYEN LOS PROPIOS PIES.


Es éste un viaje a paisajes naturales, pero también a mis paisajes interiores: imposible delimitar lo que queda a cada lado de la ventana que es mi cámara. Es éste un viaje iniciático al interior de vosotros mismos que pasa por mirar, también, al exterior.

Abrimos una puerta a los caminos que recorren las montañas de Hervás. También, y muy especialmente, a los caminos que os recorren y que quizá nunca hayáis osado hollar. Nos esperan muchos lugares nuevos. Y cada unos de vosotros descubrirá, por su cuenta, otros paisajes interiores no menos hermosos, una tierra virgen: vuestro pequeño reino privado.

GUARDIANES



Pueblan sueños entreverados de luz, entretegiendo verdes bóvedas de estrellas espinosas. Cobijan el desamparado amor, no por incipiente menos tozudo. Arropan discretamente las acrobacias de abdominales mariposillas de impredecible vuelo. En los pliegues de sus cortezas quedan atrapados, voluntariamente, los suspiros de los amantes. Y también sus eternas promesas, en forma de corazones.
Mis tiernos abrazos son sólo un pobre pago por todo lo que ellos dan, por todo el amor y protección que regalan. Sed generosos vosotros también y compensadlos. Su piel es áspera sólo en apariencia. Debajo de esas formas a veces oscas late un corazón tierno. Dadle una oportunidad de florecer. Abrazadlos. Abrazadlos mucho. Abrazadlos siempre.




Para escuchar L'albero ed io, de Francesco Guccini





L'ALBERO ED IO                                             EL ÁRBOL Y YO
Quando il mio ultimo giorno verrà dopo il mio ultimo sguardo sul mondo, Cuando llegue mi último día, tras mi última ojeada al mundo,

non voglio pietra su questo mio corpo, perchè pesante mi sembrerà.            no quiero piedra sobre mi cuerpo, que me parecerá pesada.
Cercate un albero giovane e forte, quello sarà il posto mio;                        Buscad un árbol joven y fuerte, ése será mi lugar;
voglio tornare anche dopo la morte sotto quel cielo che chiaman di Dio.      quiero regresar, incluso tras la muerte, bajo ese cielo que llaman de Dios.


Ed in inverno nel lungo riposo, ancora vivo, alla pianta vicino,                  Y en invierno, en el largo reposo,´aún vivo, cerca de la planta,
come dormendo, starò fiducioso nel mio risveglio in un qualche mattino.     como durmiendo, tendré confianza en mi despertar una mañana cualquiera.
E a primavera, fra mille richiami, ancora vivi saremo di nuovo                   Y en primavera, entre mil llamadas, estaremos de nuevovivos
e innalzerò le mie dita di rami verso quel cielo così misterioso.                  y levantaré mis dedos al cielo, tan misterioso.

Ed in estate, se il vento raccoglie l'invito fatto da ogni gemma fiorita,          Y en verano, si el viento recoge la invitación de cada yema florida,
sventoleremo bandiere di foglie e canteremo canzoni di vita.                       ondearán banderas de hojas y cantaremos canciones de vida.
E così, assieme, vivremo in eterno qua sulla terra, l'albero e io                   Y así, juntos, viviremos eternamente sobre la tierra, el árbol y yo
sempre svettanti, in estate e in inverno contro quel cielo che dicon di Dio     siempre destacando, en verano y en invierno, contra ese cielo que dicen de Dios.
                                 (Francesco Guccini)                                                                                   (traducción de S. G. I.)




12 comentarios:

  1. Querida Salomé, dejé un comentario en tu anterior entrada y no ha salido (debí hacerlo mal y no clicaria en las letras o qué se yo). Bueno, te decía que era un hermoso poema de amor y ahora leo este texto y continueo viendo ese amor, en este caso, hacia los árboles. Nunca he probado a abrazar uno, salvo para ver si podía rodearlo. La próxima vez lo haré.

    Un abrazo grande.

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  2. No veas lo que me fastidia, querida Laura, cuando los mensajes se pierden en el hiperespacio... Me parece inquietante: me quedo siempre preguntándome a dónde demonios irán a parar cuando eso sucede, y me imagino una suerte de mundo paralelo en el que se almacenan cosas importantes que nunca llegaron a destino, que ni siquiera rozaron las consciencias.
    Pasión, sobre todo, por los grandes pinos de montaña. También por los cedros y, de otra forma, por los castaños. Yo hablo genéricamente de abrazar, pero lo que en realidad hago más es acariciar (especialmente las cicatrices) y, sobre todo, pasar la mano sobre sus troncos. Siempre la mano derecha, en un gesto muy similar a un juramento. Entonces cierras los ojos y sincronizas tu respiración lentamente con la del árbol correspondiente. Hasta que comienzas a percibir el calor que habita dentro a través de tu palma. Cuando más impacta es en invierno, porque entonces el exterior de la corteza, muy fría, contrasta con el alma del tronco... Y cada uno tiene una "voz" distinta. Es una experiencia que pueden hacer hasta en la ciudad, aunque allí los árboles parecen siempre más tristes. O al menos esa sensación tengo siempre yo cuando los toco. Seguro que descubrirás cosas muy interesantes en cuanto pruebes. Beso enorme.

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  3. Precioso poema hacia los árboles Salome. Esas criaturas imprescindibles para la vida en Gaia. Aunque la mayoría no lo sepa apreciar. Y también me encantan las fotos de esos centenarios árboles que nos muestras para ilustrar el poema, parecen Arces ¿no?. Saludos

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  4. ¿Como una especie de cajón de objetos perdidos? Hmmmm qué imaginación tienes, mi niña.

    Eso que dices lo voy a probar pero no sé si sabre contactar con el alma del árbol, me parece que eso está reservado a personas especiales y yo soy excesivamente realista. Me gusta observar la naturaleza, pero nunca pensé que pudiera relacionarme con ella, debe ser mi carácter urbanita.

    En abril voy a la montaña y voy a intentarlo.

    Eres siempre una fuente de inspiración de ideas y de posibilidades sorprendentes, gracias por ello.

    Un abrazo grande.

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  5. Árboles longevos al pie del camino, interesante entrada.-
    Porque no ser árbol por un rato, quedarse inmóvil, viendo pasar el tiempo, mirando, sintiendo el agua de lluvia, cobijar en las ramas a pájaros, oír sus cantos, mostrar en el tronco el paso del tiempo, musgo verde, quietud, soledad, vida, cobijo, sombra,....
    Saludos.-

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  6. http://annatotfotos.blogspot.com/

    Pásate porfa, es curioso, muy curioso, a propósito de tu entrada.
    Un besazo.

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  7. Son robles, robles muy viejitos, querido Trotasendas. El roble es típico de la sierra de Gargantilla (considerablemente más seca que la de Hervás), donde están tomadas las fotos, en el tramo final para Collao de Enmedio. Es como si en efecto guardasen el secreto final. Al tiempo como si te abriesen la puerta de bienvenida tras haber pasado la prueba, especialmente cuando hay niebla: “si has llegado hasta aquí es que mereces pasar a nuestro mundo, y llegar hasta el final: participar del misterio”. Besos.

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  8. Ni te imaginas, Laura: desbordante siempre, y a ratos, hasta calenturienta.
    Sospecho que todas las personas están capacitadas para conectar en profundidad con el mundo que nos rodea, y que esas cosas mágicas que a mí me suceden casi todo el tiempo, son menos raras de lo que pudieran parecer. Creo que el problema es que casi todos han decidido volver la espalda a su parte más animal. Y en justo pago su instinto, intuición e incluso en buena medida sus reflejos y sentidos, lo que yo llamo a menudo la inteligencia del cuerpo, les han vuelto la espalda: se han embotado. No creo que esto haya podido suceder del todo en una persona sensible como tú. Me parece que en tu caso es sólo que nadie te ha explicado el potencial que tienes entre manos y lo que te puede conceder con sólo cultivarlo mínimamente. Algunos aprendemos desde pequeñitos experimentando, y creo que tenemos la obligación de intentar compartir nuestras experiencias para que otros accedan algo más fácilmente a su propio mundo interior, y aprendan a enriquecerlo cuanto es posible con su mundo exterior. La esfera de las sensaciones está tan desprestigiada y abandonada… Yo estoy segura que conseguirás grandes progresos inmediatamente. Sólo tienes que deshacerte de prejuicios relacionados con el intelecto. No pienses, limítate a sentir. Cuando estés allí, frente al árbol, haz sencillamente lo que te pida el cuerpo, y no te preguntes si es razonable o no, ridículo o no. El amor es casi todo el tiempo poco razonable y, mirados desde fuera, no dudo que no pocas veces nos vuelve ridículos o casi. Y sin embargo nadie renunciaría a enamorarse. La que te espera es una sensación única: luego tampoco sabrás renunciar a ella. Besos enormes.

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  9. Y de nuevo lo has hecho, querido Enrique... En alguna de mis obras dejo constancia de una seguridad que me asalta mucho en los últimos tiempos: que yo nací pino de montaña, pero alguien cometió un terrible error. Lo bueno es que cuando estoy arriba, sobre todo en medio de la tormenta, siento con mucha intensidad que antes del final ese error será subsanado de alguna forma y yo volveré, aunque sea sólo por un espacio de tiempo, al que debería haber sido mi lugar. Porque sí, yo tendría que haber servido para cobijar a pájaros y ardillas. Tendría que haber vivido, tozuda, con las raíces bien aferradas a la tierra. Besos

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  10. Es mágico, Anna. Es mágico que nos hayamos encontrado así, tan... de repente. Aunque, mientras que en otro género de relaciones desconfío de esta modalidad, en la comunión de las almas del todo desinteresada (limpia de escarceos amorosos, por ejemplo) sí que creo mucho en el flechazo: quizá sea incluso el método más sincero. Beso con susurro de hojas incluido.

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  11. Bene..penso che questa notte mi addormenterò su una di queste piante...e starò bene..Notte serena, un abbraccio grande

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  12. Non ci sono braccia più accoglienti e protetrici, cara Red. Abbraccione tenero

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